Pique: Cultura y Sabor con Historia

Olvídate del pique de supermercado. Nada se compara con el sabor, frescura y autenticidad del pique hecho en casa. Primero, tú controlas los ingredientes: sin químicos, sin azúcar escondida, solo chiles frescos, ajo, vinagre y lo que tú decidas. Segundo, sabe mejor. Punto. Es más intenso, más sabroso y puedes ajustarlo a tu gusto. Además, sale más barato y te conecta con tus raíces. Hacer pique es parte de nuestra cultura: es recordar a la abuela, es cocinar con historia. Y sí, vas a impresionar a todo el que lo pruebe. No necesitas mucho. Solo ganas y unos ingredientes básicos. Pruébalo una vez… y no vuelves atrás.
Ingredientes
- 1 taza de chiles (pueden ser ajíes caballeros, jalapeños, habaneros, ajíes piña o una mezcla de tus chiles favoritos)
- 3 dientes de ajo, pelados y machacados
- 1/4 taza de orégano fresco
- 1 cucharadita de granos de pimienta enteros
- 1 cucharadita de sal
- 1 – 1 1/2 tazas de vinagre blanco
Procedimiento
Si usas chiles grandes, comienza cortándolos por la mitad y quitándoles las semillas (opcional). Luego, pica los chiles en trozos lo suficientemente pequeños como para que quepan en el frasco donde planeas embotellar el pique. Añade los chiles, el ajo, el orégano, los granos de pimienta, la sal y el vinagre al frasco. Asegúrate de dejar una o dos pulgadas de espacio en la parte superior del frasco. Sella y agita bien el frasco para mezclar todos los ingredientes. Deja el pique en tu “counter” durante unos días antes de usarlo con lo que quieras.